La Divulgación de la Devoción a la Divina Misericordia

La Divulgación de la Devoción a la Divina Misericordia

La devoción a la Divina Misericordia fue revelada por Jesús a Santa Faustina Kowalska entre 1931 y 1938. En ese tiempo, ella escribió todo lo que veía y escuchaba en su Diario, por obediencia a Jesús y a sus confesores. Sin embargo, su camino no fue fácil. La difusión de esta devoción enfrentó obstáculos y malentendidos durante décadas.

Prohibición inicial

En el año 1959, la Santa Sede —basándose en una mala traducción y documentación incompleta— prohibió la difusión de la devoción en la forma en que fue propuesta por Sor Faustina. Durante casi 20 años, no se permitió su promoción pública. Este tiempo fue vivido como una prueba para quienes ya conocían y amaban este mensaje.

Rehabilitación y aprobación oficial

En 1978, la Congregación para la Doctrina de la Fe revisó el caso, accedió al Diario original en polaco y concluyó que no había errores doctrinales. Ese mismo año se levantó la prohibición.

El principal impulsor de esta revisión fue el entonces Cardenal Karol Wojtyła, arzobispo de Cracovia y compatriota de Sor Faustina. El mismo año en que la devoción fue rehabilitada, él fue elegido Papa con el nombre de Juan Pablo II.

La devoción en el corazón de la Iglesia

  • En 1993, Juan Pablo II beatificó a Sor Faustina.
  • En 200 la Fiesta de la Misericordia fue instituida para toda la Iglesia.
  • Ese mismo día, Santa Faustina fue canonizada.

Desde entonces, la devoción se ha extendido por todo el mundo. Hoy se reza la Coronilla en parroquias, radios, grupos y hogares; la imagen de Jesús Misericordioso está presente en millones de corazones y la Hora de la Misericordia se vive como momento de gracia diaria.

“Dios habló al mundo por medio de esta mujer sencilla. […] Su mensaje es más urgente y actual que nunca.”
– San Juan Pablo II

 

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“El Amor y la Misericordia del Señor no se acabarán jamás.”

¡Jesús, en Vos confío!